vi un pajarillo volar,
extendió sus alas al viento,
y emprendió rumbo a la mar.
Se encontró frío en el camino,
también soledad,
pero en esos mismos instantes,
pensaba el porqué de tanto pensar.
No se le ocurrió otra cosa,
que volar y volar,
ya llegaría el día,
de frenar y frenar.
Aterrizó en la otra orilla,
y preguntó:
¿Será este mi lugar?
¿Cuál respuesta me deparará?
Sin más el Viento le contestó:
¨Vive y encuéntrala¨.
Ana Muñoz Salvago 3º A, Nº 20.
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